Las terapias psicológicas que pueden ser beneficiosas para las personas que padecen fobia son: la técnica de «inmersión» o las terapias graduadas de exposición, entre las que se encuentra la Desensibilización Sistemática (DS). Todas estas técnicas se enmarcan en el enfoque de la terapia cognitivo-conductual . En algunos casos, también pueden ser de ayuda los medicamentos ansiolíticos. La mayoría de las personas que tienen fobias entienden que están sufriendo de un miedo irracional o desproporcionado, aunque este reconocimiento no impide que sigan manifestando esa intensa reacción emocional ante el estímulo fóbico.
La exposición graduada y la TCC trabajan con la meta de desensibilizar a la persona y de cambiar los patrones de pensamiento que están contribuyendo a su miedo. Las técnicas basadas en la TCC son las más eficaces, siempre y cuando la persona con este problema esté dispuesta a someterse a un tratamiento que puede durar algunos meses (en ocasiones semanas). Hay otras orientaciones terapéuticas, como el psicoanálisis o la programación neuro-lingüística (PNL) que abordan estos problemas clínicamente, pero tienen mayor duración y menor efectividad.
Para PNL cualquier fobia se asocia a un estado emocional intenso relacionado con el miedo, que se vincula a un evento particular vivido por la persona. No existe relación directa entre la fobia en sí misma y el evento que la causó, por ejemplo, si alguien sufre de fobia a las arañas no quiere decir que haya tenido un evento traumático con arañas, las arañas solo representan un disparador de su estado emocional interno. La solución que propone PNL, es eliminar ese disparador, una vez eliminado, no existe posibilidad de que la fobia se presente.
En las fobias, el sistema de alarma del miedo es demasiado rígido: siempre es excesivamente sensible. En la terapia se enseñará al paciente a modular todo esto mediante técnicas psicológicas específicas. Por una parte, ayudándole a que se esfuerce a mirar lo que le asusta y no a vigilar tanto su entorno. Por la otra, procurando que aprenda a regular sus interpretaciones automáticas. No es fácil, pues la capacidad de razonamiento de las personas fóbicas se encuentra bajo el efecto de sus procesos emocionales: nuestra inteligencia se encuentra pues bajo la influencia de esos procesos.
Las fobias específicas suelen tratarse mediante psicoterapia, que, a la vez que le enseña al paciente las causas de su fobia, le aporta técnicas para ir dominando la ansiedad ante el estímulo desencadenante. Las técnicas para controlar la respiración y la tensión muscular también pueden ser de gran utilidad.